Lago de Carucedo

El lago de Carucedo es una formación artifical, fruto de la obstrucción de la canalización del agua hacia el río Sil debido a los lodos y arenas procedentes de la explotación minera romana.

bosque
sol poniente:medio/mia

Se encuentra bajando desde Orellán hacia el pueblo de Carucedo, a unos 5 km.

Tiene un perímetro de aproximadamente 4 km y unos 9 m de profundidad máxima. Ocupa unas 57 hectáreas.

Cuenta con una playa fluvial y un área de recreo y merendero (perros no admitidos en la zona de baño).

Como llegar:

Desde Ponferrada hay varias rutas:

La más tortuosa pero la más llamativa es la que nos lleva por la N-536 hacia Priaranza, que ofrece la posibilidad de disfrutar del paisaje desde el mirador de Santalla con su impresionantes vistas y cuenta con un desvío hacia el Castillo de Cornatel.

Mirador de Santalla
Mirador de Santalla:fuente/priaranzadelbierzo,org

La opción más cómoda es circular por la N-120 hasta el desvío de la Barosa, mucho más rápida pero menos interesante.

Este lago es un espacio natural protegido como reserva ornitológica. En las cercanías del lago podemos encontrar patos, acebuches, cormoranes, garzas…

Entorno al lago de Carucedo existen varias leyendas. Una de las más conocidas habla de de una ninfa llamada Ondina Carissia, que se enamoró perdidamente del general Romano Tito Carissio, conquistador de Lancia y el Bierzo.

Pero el romano, dado que la ninfa era astur (raza y pueblo que los romanos tenían que dominar) la burló y la despreció. La ninfa sintió tal dolor que estuvo muchos años llorando, y tantas lágrimas derramó que se fue formando el mítico lago e inundando la legendaria ciudad de Lucerna.

Dice la leyenda que todos los años al amanecer del día de San Juan, cuando se abre el alba, se vislumbra al fondo el reflejo de la ciudad de Lucerna.

También existe otra leyenda que dice que la espada de Roldán, sobrino y pupilo de Carlomagno, está sumergida en el lago.

La espada contenía varias reliquias: un diente de San Pedro, sangre y cabellos de San Basilio, así como un trozo del manto de Santa María. Por eso, al cruzar los Pirineos, Roldán intentó destruirla para evitar que cayese en manos de los infieles vascones. La golpeó contra una roca pero fue imposible: la roca se partió a la mitad, poniendo en evidencia la calidad de la legendaria espada.

En España esta espada mitológica recibe el nombre de Durandarte (que significa “la Duradera”). Acompañaría a Roldán hasta su muerte en la Batalla de Roncesvalles (año 788). En las fuentes documentales sobre las hazañas de Roldán, La Chanson de Roland y El cantar de Roncesvalles, se menciona que Carlomagno encuentra muerto a Roldán con la espada al lado.

En otras versiones, Roldán arroja la espada al agua antes de morir para evitar que cayera en manos vasconas

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